Desde hace un tiempo ya, años, busco mantenerme y seguir buscando, en aquello que disfruto; en mi trabajo entiendo la psicoterapia, terapia, sesiones, como una búsqueda conjunta del bien estar del consultante, individuos parejas o familias, de acceder a la comprensión de los síntomas y poder desanudar el malestar, este trabajo conjunto lleva un tiempo, indefinido para algunos, acotado para otros, con la idea de que el espacio terapéutico, sesiones, sean un apoyo, una ayuda que por cierto tiempo acompañara determinados procesos.
Decidí estudiar psicología hace varios años, tratando de comprender al otro, pero por sobre todo en un principio buscando conocimiento propio y también para ayudar; hoy coloco todo lo estudiado y aprendido, tanto en la vida como en lo laboral, al servicio de los consultantes para avanzar con ellos en el camino del auto conocimiento, para alcanzar un mejor estar en la vida y por qué no para buscar aquellos que cada persona o pareja o familia en particular, necesita
Para mi ser terapeuta es uno de los regalos que he decidido darme en la vida.
Humberto Maturana
Elegir como profesión la psicología es el resultado de un camino de búsqueda personal profundo, comprometido e histórico.
En ese sentido, mi propia experiencia como paciente me llevó a querer compartir con otros seres la magia que privilegiadamente pude descubrir. Agradezco profundamente a mis profesores, terapeutas, maestros y chamanes por acompañarme, empujarme y sostenerme cada vez que lo necesité.
La psicoterapia es para mí un arte, donde mi contribución se refleja en cada proceso psicoterapéutico que abordo, en cada acompañamiento realizado con respeto y de manera cuidadosa; justamente es ahí donde habita mi propia obra de arte. Cada paciente y su proceso son únicos e irrepetibles. Entre ellos y yo se construye un espacio maravilloso donde se pone en juego, por mi lado la experiencia y por parte de ellos su vida y sus aconteceres. Es fascinante para mí constatar los cambios y avances que se van observando a medida que los procesos van avanzando.
Elegí la línea sistémica como modelo de intervención pues considero que cada ser humano vive inmerso en distintas relaciones. Nadie está solo en esta tierra, y la mayoría de nuestras dificultades se generan en relación a otro u otros. Es por ello que concibo al individuo en su contexto más amplio, formando parte de ese sistema de relaciones. Lo anterior me permite abordar su problemática a través de diferentes caminos: en forma individual, interviniendo a nivel de pareja o atendiendo las necesidades que surgen a partir de los conflictos en el seno de la familia.
Lo que motiva mi accionar en este campo de la psicología es contribuir en cada proceso (en la medida de lo posible y hasta acercándose a lo imposible), aportando herramientas orientadas al cambio de la vida de otros. Así, me constituyo en instrumento de compañía, de ayuda y transformación durante períodos de crisis, aportando con nuevas miradas y lecturas de la propia experiencia, o bien flexibilizando las que ya existen. Eso, por sí solo ya es extraordinario!! El resto, viene por añadidura.
Leonard Cohen
Formada como Psicóloga Clínica Chilena, apasionada por la palabra, ahora y siempre, como vía para avanzar del sufrimiento al aprendizaje. Comprometida con la promoción de la PARentalidad y el buen trato, aprendiendo a (m)editar, a estar presente, atenta y despierta cada día más y mejor.
Amo leer, las flores y reír. Me cuesta no hacerlo fuerte. Transito a salvo por la metrópolis gracias a la aromaterapia. Desde las arrugas y las canas que porto orgullosa, y la necesidad de complementar la lengua materna psicoanalítica que escogí con otras lenguas, trabajo en psicoterapia en mi consulta privada en Santiago de Chile, cerca de un centro de árboles que se llama Parque Araucano y de un centro comercial que se llama Parque Arauco.
Algún día pensé ser profesora y hoy soy, también, docente universitaria. Algún día pensé ser monja de claustro (algo que para algunos puede resultar difícil de creer) y hoy, cada vez que puedo, dentro del espacio que me procuro entre el cuidado propio, de “mi” casa, “mi” marido, “mis” hijas, nuestras mascotas, mis amigas, hermanos y madre, consciente y voluntariamente, reservo un espacio y un tiempo para de:tenerme. Eso es lo invisible esencial que, en mi vida, me enseña a recorrer el camino de una niña inquieta a una mujer (in)quieta y a abrir puentes de la pasión a la compasión.
Sigmund Freud